domingo, 31 de enero de 2010

Enero

Y llegamos al final de este primer mes del año. ¡Y cómo!
La verdad siempre me pasa que arranco el año con muchísima energía, con ganas de hacer TODO lo que años anteriores no hice, y progresivamente, esas ganas se diluyen en el correr de los días. Este año promete ser distinto, o mejor dicho yo prometo ser distinta y no dejar que me pase por encima, lo voy a correr hasta alcanzarlo.
En poco más de una semana cumplo mis primeros y únicos 22 años… creo que ya es tiempo de empezar a vivir en la realidad y abandonar las promesas que no llegan a nada, los sueños improbables y sobre todo dejar atrás el miedo, que supongo, es lo que hasta ahora me freno de avanzar. Miedo a qué? A muchas cosas, por empezar a la mirada de los demás, a desilusionarlos, a no cumplir sus expectativas. Creo que sumado a eso está el miedo a crecer, a tomar la vida como la joven adulta que soy. A plantearme metas y tal vez, fracasar en un primer intento. Pero tantos años de pasividad y actividad meramente mental me hicieron reflexionar en que la vida no es más que eso. Un conjunto de intentos, de errores y de aciertos, de fracasos y logros, de decepciones y sorpresas. En fin, es lo que vamos experimentando, lo bueno, lo malo, lo regular, lo que nos hace felices y lo que nos duele. Pero todas esas sensaciones son imposibles de experimentar si no me largo a vivir.

Muchas veces me planteé esto, quienes me conocen hace un tiempo saben bien que soy experta en “demorar las cosas” y eso me valió perder a gente que realmente extraño.
Y a ustedes, los de ahora, los que siguen, no los quiero perder. Son pocos, pero son mucho. Con poquísimas palabras me cambian el día. Sabiendo que están, que todavía me bancan, que no se cansaron -aún- de que mire para otro lado cada vez que surge el famoso “cuándo nos vemos?”, yo soy más que feliz. Y saben bien, y si no lo saben es hora de que lo sepan, que a mi manera yo los adoro, así, colgada, cuando aparezco cada 3 meses, cuando los jodo todos los días, cuando me pinta la depre o cuando estoy exaltadísima… siempre ♥.


Entonces, volviendo al tema del post, este enero que se va, se va con todo. Y me deja mucho. Finalmente estoy encaminada en cambiar esas cosas de las que hace rato me quejaba y nada hacia para modificar. Si bien no pude cumplir con el objetivo inicialmente fijado, estoy muy contenta con lo que logre hasta ahora y con ganas de seguir adelante.
Por otro lado, di cierre a una etapa hermosa de mi vida, pero convencida de que fue para mejor, que necesitaba un cambio de aire y buscarme por otro lado.
Esto sumado a mis altas expectativas –siempre enemigas- sobre lo que febrero, y por qué no el resto del año, pueda depararme.
 Febrero, como ya dije, suena prometedor, divertido, relajado y productivo. Pero a la vez la experiencia me advierte que no tengo que dormirme en esta mera “sensación” y debo seguir remándola, dando un paso a la vez, no anticiparme a los hechos –eso si que me cuesta-, y ejercitar la paciencia y la tolerancia, y evitar así las frustraciones.


Gracias a todos los que entraron y se tomaron entre 5 y 8 minutitos para leerme.
Si sos una de las personas que esta haciéndome feliz -de seguro te habrás dado cuenta a lo largo del texto- te agradezco muchísimo. Y sabe que no sería lo mismo sin vos.